Se te rompe la cuerda y aun sigues en las nubes,
y explorandote desahaciendote el lecho prohibido que suena a deseo,
en una colmena atestada de humanos,
que no quieren mas de ti, solamente, un antidoto,
Se te contamina el aire y aun sigues sin respirar,
por no molestar con un rezo a un cristo de madera, a un dios no nacido,
y en todos los caminos atestados de zarzas,
que no te quieren nada mas, que inyectarte su veneno,
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